La visión del niño está en desarrollo desde el nacimiento hasta los 8-10 años de edad y, por tanto, cualquier enfermedad ocular o defecto de refracción con el que se nazca o vaya apareciendo en esa época puede producir una detención en su desarrollo y provocar un daño irreversible.
Los problemas durante la infancia pueden ser intrascendentes como un lagrimeo constante por obstrucción del conducto naso-lacrimal hasta tumores malignos intraoculares, pero la mayoría son defectos de gafas, ampliopías o estrabismo que se resuelven correctamente con tratamiento.
La oftalmología infantil se dedica al diagnóstico y tratamiento de los problemas oculares durante la infancia.
La visita al oftalmólogo en Málaga se recomienda a partir de los tres años o tres años y medio de edad.
El problema es que el niño no sabe cómo es la visión normal y puede estar afectado un solo ojo sin que familia o educadores sean conscientes del déficit visual que presenta y que podría solucionarse rápidamente.
Se realiza una exploración oftalmológica prácticamente igual y tan completa como si fuese un paciente adulto.
Es un momento médico ideal para detectar defectos de refracción u otras patologías leves (cataratas parciales infantiles, entre otros) que con una adecuada corrección óptica y/o oclusiones (parches) pueden ayudar a obtener una visión completa.
¿Qué pasa si no obtenemos colaboración por parte del niño?
Efectivamente es más difícil y exige más paciencia por parte del oculista en Málaga pero se puede realizar tan completa como a un adulto.
Tiene otras patologías diferentes que hay que conocer, tratamientos y tiempos quirúrgicos distintos, graduaciones personalizadas por edad, síntomas, etc.
Esto requiere de una mayor especialización en oftalmología pediátrica por parte del profesional.
Podemos explorar anatómicamente el polo anterior del ojo con la lámpara de hendidura, explorar fondos de ojos con el oftalmoscopio directo e indirecto, realizar pruebas complementarias como topografías, OCT (Tomografía de coherencia ópyica de retina y nervio óptico), campimetrías, tomar la tensión ocular con el tonómetro manual, etc. Todo con algunas adaptaciones.
Se dilatan las pupilas al niño con gotas y de una forma totalmente objetiva, aunque puede sin su colaboración, se puede medir con exactitud cuántas dioptrías tienen de hipermetropía, astigmatismo o miopía.
Esta dilatación le dejará sin enfoque de cerca durante algún tiempo y con deslumbramiento, efectos que se pueden revertir.
¿Y con respecto a la agudeza visual?
Con exactitud, tenemos que esperar hasta los 3-4 años de edad, a partir de la cual podemos apreciar un desarrollo visual acorde a edad o no.
Se puede medir con el cover-test, basado en la oclusión rápida y alternativa de los ojos, para descartar el estrabismo; y con el test de mirada preferencial (basado en hacer mirar al niño a unas rayas blancas y negras que se hacen cada vez más finas para medir su visión.
¿Qué pueden hacer los padres?
Independientemente de la responsabilidad de los padres de llevar a sus hijos a consultas oftalmológicas infantiles en Málaga, debe de hacer caso a las recomendaciones por parte de su pediatra de cabecera, el cual puede detectar signos de alarma como:
- Nubosidad corneal.
- Lagrimeo y fotofobia importante.
- Ojo rojo persistente.
- Cefaleas tras esfuerzo visual.
- Movimientos ritmos involuntarios de los ojos.
- Estrabismo.
- Asimetría en los globos oculares.
- Caída de párpados.
